Soy técnico de medio ambiente en un ayuntamiento de un pequeño pueblo de Andalucía. Con lo cual, que la propia Alcaldía a través de su forma de actuar y reciclando adecuadamente los residuos de todo tipo que genera, así como usando siempre productos biodegradables y/o compostables, muestre el ejemplo a seguir, me parece fundamental y necesario. Además y por esa misma razón, todas las bolsas de plástico que se utilizan en los despachos o en los distintos organismos y salas que dependan del cabildo deben ser obligatoriamente biodegradables.
Claro está que para que se cumpla todo ello llevamos confiando desde hace años en Plásticos Alhambra S.L, una empresa familiar especializada desde el año 1971 en la fabricación de bolsas y film de plástico. Esta sociedad andaluza (¡para orgullo nuestro!) lleva años apostando por la innovación tecnológica, y por una política de inversión anual para la adquisición de la mejor maquinaria disponible que junto con el perfeccionamiento continuo de su proceso productivo ha llevado la empresa a un crecimiento constante y fortalecimiento en el mercado. Lo cual, ha permitido que muchas personas de nuestra región hayan podido salir por fin del infierno que representa estar en paro. Con ello, en la actualidad, los productos que proponen se fabrican en las máquinas más sofisticadas del mundo. ¡Hay talento en España! Por nuestra parte, todas las bolsas que les encargamos están no sólo fabricadas con materiales biodegradables compostables, sino que vienen además con el certificado emitido –nada más y nada menos– por Vinçotte. Todo ello demuestra nuestra involucración por el cuidado del medio ambiente. Yo siempre he dicho que si queremos estar sanos en todos los sentidos, ¡debemos cuidar nuestro entorno!
Hay bolsas de plástico y bolsas de plástico…
Muchas personas a la hora de elegir entre una y otra bolsa de plástico biodegradable, no saben cuál elegir ante tantos diferentes tipos de plásticos que se “vanaglorian” de ser biodegradables. Pues, bien… Voy a intentar simplificar de la mejor manera posible el problema y procurar contestar a dicha pregunta. Ante todo, sí que es verdad que a día de hoy las bolsas de estos últimos años se desintegran mejor que las de antaño. Lo que permite que se desintegren en unos meses y no en siglos como era el caso antes. De hecho, en los países industrializados, debido a su alto poder contaminante y a la subida del precio del petróleo, las bolsas convencionales tienden a desaparecer. Luego de ello, os preguntaréis… ¿cómo es posible que una bolsa sea biodegradable? Pues, tenéis que saber que existen varias opciones. En la mayoría de los casos, si se descomponen es porque se les ha añadido aditivos que consiguen que sus moléculas de carbono se rompan y queden como residuos con muy poquitos compuestos de metales pesados. Se les llaman bolsas oxo-degradables. Así pues, al recibir calor, luz solar y oxígeno, estas bolsas empiezan a descomponerse y acaban por convertirse en agua, humus y dióxido de carbono. Otra de las bolsas biodegradables que propone el mercado actual (una de mis favoritas), es la de fécula (almidón extraído de la patata) de patata, de maíz, etc. A esta clase de plásticos, se les denomina “bioplásticos” y son fabricados a partir de recursos naturales y renovables al 100 %, en vez de petróleo. Para acabar con este pequeño y sencillo resumen, encontramos las bolsas de polietileno de baja densidad. Se trata de un derivado del polímero más sencillo. Aunque estas bolsas sean mucho más caras que las citadas anteriormente, cabe destacar no obstante, que se pueden reutilizar hasta quince veces seguidas. Ello significa que un consumidor normal ahorraría aproximadamente unas 18.000 bolsas de un solo uso durante toda su vida. ¡No está mal! ¿Verdad? En fin… Todo ello, para subrayar lo importante que resulta cuidar del medio ambiente reciclando y confiando en empresas como Plásticos Alhambra S.L, que apuesta por la salvaguarda de nuestro entorno y hábitat fabricando sus bolsas de plástico con materiales lo menos contaminantes posibles. En cuanto a lo que se refiere a mí, seguiré hasta mi último soplo promoviendo el uso sostenible de los medios de subsistencia e integrando la protección del medio ambiente en el concepto mismo de las distintas políticas, no sólo comunales sino también nacionales.